El carnaval en La Vega

De Enciclopedia Dominicana SOS
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El Diablo de la Vega

El carnaval de La Vega es uno de los más antiguos del país. Todos los domingos de febrero la alegría, la música, los gritos y el sonido de las vejigas se apoderan de las calles de La Vega, las cuevas (lugares donde se preparan los diablos o macaraos –enmascarados–) se quedan vacías y el parque Las Flores y sus alrededores se transforman en un escenario donde el pueblo expresa su entusiasmo, su esplendor, su orgullo y su generosidad.

El diablo es el personaje central del carnaval dominicano, tanto en La Vega como en el resto del país. El carnaval de La Vega es la manifestación más importante de su cultura popular y que más ha crecido en el país. Es un ejemplo nacional y su organización es coordinada por la Unión Carnavalesca Vegana (UCAVE). Durante años el carnaval vegano mantuvo una expresión predominantemente españolizada, simbolizada en una expresiva teatralización, el baile de las cintas y sus Diablos Cojuelos, con trajes simples de color rojo, amarillo, verde y con sus máscaras representativas del diablo medieval, andromorfo, mefistofélico, con sus dos cachitos frontales clásicos, orejas grandes, boca abierta y dientes al aire, la cual fue posteriormente criollizada con barbas de cuero de chivo.


El centro de la actividad es la calle Padre Adolfo, pasando por el Parque de las Flores, donde los diablos azotan a los transeúntes que los provocan o abandonan la calzada y donde se culmina con un desfile de más de 80 grupos de comparsas.

Esta dimensión pintoresca, herencia colonial, se transformó con la presencia afro, donde jugaron importante papel las migraciones cubanas y los pobladores de los barrios populares de la Vega.

Una característica actual del Carnaval vegano es la presencia dominante de los grupos de carnaval (comparsas) con vistosos disfraces. La máscara se ha ido transformando en enormes monstruos de inspiración oriental y en extraordinarias expresiones artísticas antropomorfas.

Es el carnaval más promocionado y al que asiste mayor cantidad de personas del país, celebrándose los domingos de febrero, aún luego del Miércoles de Ceniza.